LA SEMANA DE MAYO

VIERNES 18 de Mayo

Llega la fragata inglesa Mistletoe trayendo la noticia que se rumoreaba en la Buenos Aires de entonces, confirmando que la Junta Central de Sevilla había caído en manos de los franceses de Napoleón y que su Hermano José “pepe” Bonaparte era quien comandaba en la Península. Por otro parte el virrey Baltazar Cisneros hizo difundir la noticia por los pregoneros en toda la ciudad. La noticia era grave y se comenzaron a entretejer conjeturas sobre el futuro del virreynato y su destino. A medida que los porteños se enteraron de la gravedad de la situación, fueron escalando en el conflicto hablando de política en los cafés y cuarteles de la ciudad. Esto desencadenó en acción las reuniones secretas que se habían llevado a cabo en la jabonería de Vieytes. Un grupo de entusiastas le encargan a Juan José Castelli y a Martín Rodríguez que se entrevisten con Cisneros.

SABADO 19 de MAYO

Cornelio Saavedra (jefe de los Patricios) y Manuel Belgrano (Sargento Mayor del mismo Regimiento) le pidieron al Alcalde Lezica la convocatoria a un Cabildo Abierto. Por otro lado, Castelli lo hizo ante el síndico Leiva.


DOMINGO 20 de MAYO

Ese domingo el Virrey se reunió con los jefes militares para pedir el apoyo ante un eventual asonada, a lo que se rehusaron. Por otro lado Castelli y Martín Rodríguez le solicitaron al Virrey que convoque a un cabildo abierto, lo que el virrey le respondió que era una insolencia de su parte, intentando improvisar un discurso, a lo cual Rodríguez le dijo que tenía cinco minutos. El virrey diciendo “Ya que el pueblo no me quiere y el ejercito me abandona, hagan ustedes lo que quieran y convoco al cabildo abierto del 22 de mayo.


LUNES 21 de MAYO

A las nueve de la mañana se reunió el cabildo como lo hacia habitualmente, pero la sesión se vio interrumpida por “los Infernales” o “Chisperos” un grupo de unos 500 hombres armados que gritaban en la plaza de la victoria (plaza mayor hoy la plaza de mayo). En sus solapas lucían las cintas blancas, símbolo de la unión de españoles y criollos, pidiendo la convocatoria del cabildo abierto. El síndico Leiva, desde el balcón lo anuncia, pero los Infernales continúan sus peticiones pidiendo la suspensión del Virrey. Tuvo que intervenir el jefe de los Patricios Coronel Cornelio de Saavedra, para calmar los reclamos, haciéndoles saber que iban a tener el apoyo militar a sus reclamos. Saavedra había sido elegido por sus subordinados y contaba con gran apoyo popular.


MARTES 22 de MAYO

Ya desde temprano se fueron reuniendo los cabildantes. En la plaza de la victoria, se apostaron los patricios, quienes controlaban el ingreso de los invitados a sesionar, ahí, juntamente con los “Infernales” les entregaban cintas blancas a los simpatizantes de los partidarios criollos, y cintas azules a los partidarios españoles, luego para entrar al Cabildo, solo lo hacían los que tenias las cintas blancas en sus solapas o como brazalete. De los 450 invitados, sólo lograron ingresar 251. Comenzó hablando el Obispo Lue quien manifestó “Mientras haya un solo español en América, los americanos le debían obediencia”. Le salio al cruce inmediatamente Juan José Castelli contestándole que habiendo caducado el poder real, la soberanía debía volver al pueblo que podía formar juntas de gobierno tanto en España como en América. El fiscal de audiencia Manuel Villota en un intento de ganar tiempo, recriminó, “con que derecho Buenos Aires se arrogaba el derecho de decidir por el resto de las provincias” respondiéndole Juan José Paso “que no había tiempo que perder y que había que formar inmediatamente una junta de gobierno”. Todos estuvieron de acuerdo en que el virrey debía cesar en sus funciones, pero no estaban de acuerdo quien debía asumir el poder y por que medios. Por un lado Castelli propuso que fuera el pueblo con su voto quien eligiera a sus representantes, mientras que el jefe de los Patricios, Cornelio de Saavedra, sostenía que el cabildo debía nombrar a la nueva junta. El principal problema que radicaba era que el cabildo de entonces era muy favorable al virrey. El debate del 22 fue muy acalorado y despertó las pasiones de ambos bandos. El coronel Francisco Orduña, partidario del virrey, contará horrorizado "mientras que a los que no votaban contra el virrey, se les escupía, se les mofaba, se les insultaba y se les chiflaba."

 MIERCOLES 23 de MAYO

Por la mañana se reunió el Cabildo para contar los votos emitidos el día anterior emitiendo el siguiente documento: "hecha la regulación con el más prolijo examen resulta de ella que el Excmo. Señor Virrey debe cesar en el mando y recae éste provisoriamente en el Excmo. Cabildo (...) hasta la elección de una Junta que ha de formar el mismo Excmo. Cabildo, en la manera que estime conveniente. El síndico Leiva, prepara una maniobra: nombrar una Junta presidida por Cisneros.


JUEVES 24 de MAYO

El Cabildo designó efectivamente una junta de gobierno presidida por el virrey e integrada por cuatro vocales: los españoles Juan Nepomuceno Solá y José de los Santos Inchaurregui y los criollos Juan José Castelli y Cornelio Saavedra, ignorando la voluntad del 22 de mayo. Esto provoco la reacción del pueblo y milicias, especialmente los Patricios. Renunciaron Saavedra y Castelli a integrar la junta y muchos patriotas comienzan a perder la paciencia, como el Sargento Mayor de Patricios Manuel Belgrano. Cuanta Tomas Guido “en estas circunstancias el señor Don Manuel Belgrano, mayor del regimiento de Patricios, que vestido de uniforme escuchaba la discusión en la sala contigua, reclinado en un sofá, casi postrado por largas vigilias observando la indecisión de sus amigos, púsose de pie súbitamente y a paso acelerado y con el rostro encendido por el fuego de sangre generosa entró al comedor de la casa del señor Rodríguez Peña y lanzando una mirada en derredor de sí, y poniendo la mano derecha sobre la cruz de su espada dijo: "Juro a la patria y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde del día inmediato el virrey no hubiese renunciado, a fe de caballero, yo le derribaré con mis armas.".. Por la noche Castelli y Saavedra se apersonan a la casa del Virrey y logran su renuncia, quedando disuelta la junta y convocando a un cabildo para el dia siguiente. Así recuerda Cisneros sus últimas horas en el poder: "En aquella misma noche, al celebrarse la primera sesión o acta del Gobierno, se me informó por alguno de los vocales que alguna parte del pueblo no estaba satisfecho con que yo obtuviese el mando de las armas, que pedía mi absoluta separación y que todavía permanecía en el peligro de conmoción, como que en el cuartel de Patricios gritaban descaradamente algunos oficiales y paisanos, y esto era lo que llamaban pueblo. Yo no consentí que el gobierno de las armas se entregase como se solicitaba al teniente coronel de Milicias Urbanas Don Cornelio de Saavedra, arrebatándose de las manos de un general que en todo tiempo las habría conservado y defendido con honor y quien Vuestra Majestad las había confiado como a su virrey y capitán general de estas provincias, y antes de condescender con semejante pretensión, convine con todos los vocales en renunciar los empleos y que el cabildo proveyese de gobierno."


VIERNES 25 de MAYO

Amaneció lloviendo y con frío, pero adentro del cabildo el clima tampoco era muy bueno. Grupos de vecinos, los Patricios y los “Infernales” se fueron juntando al cabildo dirigidos por French y Beruti. Los jefes militares hicieron saber que si permanecía la junta nombrada el 22, no aseguraban el control de sus subordinados. El sindico, partidario del virrey, salio al balcon y pregunto “¿donde esta el pueblo?”. En esos momentos Antonio Luis Beruti irrumpió en la sala capitular seguido de algunos infernales y dijo "Señores del Cabildo: esto ya pasa de juguete; no estamos en circunstancias de que ustedes se burlen de nosotros con sandeces, si hasta ahora hemos procedido con prudencia, ha sido para evitar desastres y efusión de sangre. El pueblo, en cuyo nombre hablamos, está armado en los cuarteles y una gran parte del vecindario espera en otras partes la voz para venir aquí. ¿Quieren ustedes verlo? Toque la campana y si es que no tiene badajo nosotros tocaremos generala y verán ustedes la cara de ese pueblo, cuya presencia echan de menos. ¡Sí o no! Pronto, señores decirlo ahora mismo, porque no estamos dispuestos a sufrir demoras y engaños; pero, si volvemos con las armas en la mano, no responderemos de nada." Al tiempo se anunció la formación de la Junta de Gobierno. El presidente fue Cornelio Saavedra (jefe militar de los Patricios elegido por el voto de sus soldados, jefe del poder militar y no hay revolución sin armas); los doctores Mariano Moreno (no tuvo destacada actuación, abogado de los intereses británicos y quería la libertad de comercio) y Juan José Paso (abogado muy hábil en la redacción de actas), eran sus secretarios; fueron designados seis vocales: Manuel Belgrano (abogado, Sargento Mayor de Patricios e ideólogo de la revolución), Juan José Castelli (primo hermano de Belgrano y unos de los ideólogos del movimiento de mayo), el militar Miguel de Azcuénaga, el sacerdote Manuel Alberti (representaba a la iglesia) y los comerciantes Juan Larrea y Domingo Matheu (ambos adinerados que representaban a la clase alta y a los comerciantes). Y asi comienza una nueva etapa del virreynato, una nueva etapa de la Historia Argentina.

 
La Junta declaró que gobernaba en nombre de Fernando VII. Esto se conocio como “La máscara de Fernando II” Las memorias de Saavedra decian: “Con las más repetidas instancias, solicité al tiempo del recibimiento se me excuse de aquel nuevo empleo, no sólo por falta de experiencia y de luces para desempeñarlo, sino también porque habiendo dado tan públicamente la cara en la revolución de aquellos días no quería se creyese había tenido particular interés en adquirir empleos y honores por aquel medio. Por política fue preciso cubrir a la junta con el manto del señor Fernando VII a cuyo nombre se estableció y bajo de él expedía sus providencias y mandatos." Este movimiento llego hasta el 9 de julio de 1816, cuando se declara la independencia de la Nación, se creía que en 1810 aun no se estaba preparado ni políticamente ni socialmente para la Independencia total del reino de España Los españoles que vivían en la ciudad no se creyeron lo de la máscara de Fernando II resistiéndose a aceptar la nueva situación. En Buenos Aires el ex virrey Cisneros y los miembros de la Real Audiencia trataron de huir a Montevideo y unirse a Francisco Javier de Elío



La Primera Junta estaba integrada por:
 

    Presidente:   Cornelio Saavedra

    Secretarios:  Mariano Moreno

                         Juan José Paso

    Vocales:       Manuel Belgrano
                         Juan José Castelli
                         Domingo Matheu
                         Juan Larrea
                         Miguel de Azcuénaga
                         Manuel Alberti






















1 comentario:

  1. EXCELENTE ! me gusto mucho leerlo, no sabia que Matheu y Larrea eran quienes representaban a sectores de comerciantes.

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